Una vez elegido objetivo a largo plazo, que lo hicimos en el artículo anterior:
Toca descomponerlo en sesiones diarias.
Cada día tiene que dividirse en bloques de trabajo enfocados a las diferentes áreas que debes practicar para afianzar tu aprendizaje: técnica, teoría y práctica de la canción.
Cada bloque debería durar unos 10-15 minutos, y puedes apilar tres o cuatro bloques por sesión de práctica.
Si quieres practicar más de 45 minutos seguidos, tienes que hacer un descanso. Para descansar la mente y músculos. Estira la espalda, suelta las muñecas, paséate un poco, aunque sea por el pasillo, relaja la vista mirando por la ventana.
En cada sesión, un bloque de técnica y otro de teoría son suficientes. Bloques de práctica de canción puedes poner varios en un solo día, que al fin y al cabo es para lo que estamos aquí.
Vamos ver cómo distribuir cada uno de estos bloques.
BLOQUE DE TÉCNICA
Dos o tres ejercicios de 5-7 minutos.
Para elegir qué ejercicios de técnica, puedes seguir un método de pe a pa (como por ejemplo, Hanon), pero yo prefiero ejercicios que estén relacionados con la canción que lleves entre manos. Hace que todo esté mejor atado, aumenta la motivación y las ganas de prácticar técnica.
Para encontrar estos ejercicios relacionados puedes:
Las tipos de ejercicios técnicos que puedes practicar son (puede haber más):
Las terceras y las escalas son super típicas de la clásica.
Ni que decir queda que si hemos elegido la opción CON PARTITURA, todos estos ejercicios se tienen que realizar sin mirarse las manos.
Si se te ocurren más, dímelo en los comentarios. Estos son los que se me han ocurrido ahora porque afectan a prácticamente cualquier canción que quieras aprender.
Además, en este bloque técnico yo incluiría dos subcategorías adicionales que serían:
- 1Ritmos: suelen hacerse con acordes en bloque, con la intención de independizar ambas manos con combinaciones cada vez más complejas.
- 2Oído: prácticas con intervalos, reconociendo tonalidades, progresiones… También puedes escuchar canciones populares intentando fijarte en el acompañamiento en vez de la melodía, en los ritmos, en los diferentes instrumentos.
BLOQUE DE TEORÍA
Aquí podríamos incluir:
Como ya te he dicho, a medio camino entre teoría y práctica: escalas y progresiones de acordes en diferentes tonalidades. Este apartado es beneficioso tanto si tocas de oído como si tocas con partitura… pero no para un principiante.
Si todavía no tienes mucho dominio sobre el resto de aspecto, ya te he recomendado que de momento te olvides de tonalidades y te centres en Do Mayor (solo notas naturales, sin bemoles ni sostenidos)
Pero cuando estés listo a dar el salto a otras tonalidades, la práctica de las escalas se vuelve vital.
Pero el apartado principal que debes practicar en el bloque teoría será:
CON partitura
Ejercicios de sight-reading o de lectura a primera vista.
No tienen que ser canciones completas o que te haga especial ilusión. Sino ejercicios cortos, cada día uno diferente para que no te dé tiempo a memorizarlos. Estos ejercicios tienen que ser sencillos, por debajo de tu nivel, para que puedas tocarlos de primeras. ,k
Puedes comprar libros de recopilatorios de partituras de algún tema o algún artista (que siempre son más baratos que canciones suelts ) o utilizar alguna web especializada en sight-reading como Piano Marvel.
SIN partitura
Sacar melodías sencillas de oído, cada día un fragmento diferente.
Mismo objetivo: exponer tu oído a mucha música diferente sin que te dé tiempo a memorizar. Aquí pueden ser perfectamente canciones que te gusten, pero que no tienen por qué ser uno de tus objetivos de este año.
BLOQUE DE PRÁCTICA
Lo primero sería echar un vistazo a todas esas canciones que quieres aprender y ponerlas en orden de dificultad. Además de lo que ocurra dentro de la partitura, cuanto más rápida, con más saltos y más larga, más difícil. Si de un vistazo reconoces la progresión de acordes, es que es más fácil. Por cierto, para este trabajo de análisis e investigación perfectamente puedes utilizar el bloque de teoría.
En el caso de tocar de oído, sería más bien en orden de preferencia, porque ya hemos dicho que la dificultad la sabrás ajustar tú. Aunque cuando conoces la teoría, también puedes manipular las partituras.
Una vez que ya sabes qué orden de canciones quieres aprender, las irás poniendo en el bloque de práctica de canción.
Tendrás que ir rotando entre tres tipos de canciones:
- 1La que quieres aprenderte a la perfección, dejarla lista para interpretar 60-70% del tiempo de este bloque.
- 2Repasar canciones que ya te sepas, para mantenerlas frescas. 20-30%t
- 3Canciones – Caramelo. Llamo a esto canciones que no vas a aprenderte a la perfección o que incluso se salen de tus objetivos y estilo principal, pero que te vienen bien para cambiar de tercio de vez en cuando. Cambiar de tercio, mantener la motivación alta y la curiosidad a raya. Por supuesto que a este tipo de canciones le tienes que dedicar un tiempo marginal, como máximo el 10% de este bloque.
Si cada día dedicas dos bloques de 10-15 minutos al bloque de práctica, uno de ellos siempre será para la canción principal. Y el otro bloque, será casi siempre repaso de repertorio; y de vez en cuando, la canción caramelo. Como premio, por estar siendo un chico bueno.
En cuanto a la dificultad de las canciones que elijas, también tienes que tener dos niveles:
- 1Las que están por encima de tu nivel actual, que te inspirarán para seguir mejorando tu técnica .
- 2Canciones por debajo de tu nivel. Que te cueste poco trabajo aprenderte y que te cueste menos trabajo mantener frescas para tu repertorio.
No tienes que practicarlo todo todos los días
Si en este momento estás pensado “uffff, cuánta cosa”… tienes toda la razón. Por eso necesitas cada semana hacerte un pequeño planning con lo que vas a practicar cada día, para asegurarte de que le dedicas el tiempo suficiente a las áreas más importantes:
Estas serían:
Las canciones caramelo, ver vídeos de youtube, escuchar música, analizar canciones, son tareas secundarias, que puedes utilizar los días que estés más cansado o con menos energía para hacer una práctica como dios manda.
Aunque yo sí que te pediría que cada día que te toque practicar, si estás super cansado, al menos hagas un ejercicio de técnica, durante 5 minutos. A ser posible, dedicado al fragmento más difícil de la canción que lleves entre manos.
Eso es lo que más recompensa a largo plazo te va a traer. Así que ya que haces el super esfuerzo de sacar energía de dónde no hay, ponerla donde más cunde.
Los caramelos: la clave del equilibrio
Toda esta práctica lógica y bien planeada es necesaria para aprender. Al fin y al cabo, cualquier aprendizaje es, por definición, algo con dirección. Estás en un punto en que no sabes algo, y quieres acabar en un punto en el que sí.
Y esto requiere planificación y consistencia. Si queremos avanzar a un ritmo que sea satisfactorio, claro. Y queremos, claro que queremos. Casi nadie puede aguantar demasiado tiempo dando vueltas sin sentido.
Hacer cosas que nos gustan porque sí, genera felicidad. Pero la satisfacción de proponerte un reto y conseguirlo también es fuente de felicidad. Y lo mejor es crear un sistema equilibrado que tenga de las dos.
Hay veces que la gasolina se agota antes de cumplir un objetivo, y necesitamos repostar. Eso son los caramelos.
Van a ser los que provean la alegría, la variedad, la relajación y nos recuerden que tenemos en control. Que somos libres, no tenemos que llegar a ningún sitio ni superar ningún examen.
No olvidemos que estamos aquí porque queremos, por pura afición.
Digamos que nos hemos propuesto tocar cuatro días a la semana. Pero habrá algunos días que estemos cansados, de especial mal humor o con poco tiempo.
Pues ahí es cuando echamos mano de los caramelos. Podríamos simplemente rendirnos y decir, bah, ya tocaré otro día... pero eso es como ir al gimnasio o hacer dieta, como empieces a concederte demasiados días libres, al final rompes tanto el ritmo que terminas abandonando.
Pues no, lo que vamos a hacer es echar mano de uno de estos caramelos. Tareas que nos requieren menos esfuerzo, pero que nos mantienen conectados con el piano.
Analizar partituras, buscar nuevo repertorio, ver vídeos de teoría, ponernos a tocar alguna canción nueva sin ton ni son, probar ritmos o melodías de algún estilo nuevo…
El porcentaje adecuado entre práctica objetiva y carameleo la eliges tú. No hay nada de malo de caramelear… solo tienes que ser consciente de que caramelear es reducir el ritmo.
Siempre y cuando seas consciente de que estás bajando el ritmo, y ajustes tu objetivo final a ello, vamos bien.
Lo que no quiero es que te frustres porque le estás echando muchas horas al piano y no notas que avances. Y entonces digas, soy yo que soy un negado. Sí que eres tú, pero porque estás de carameleo y no te has enterado.
Al principio sabemos tan poco que es difícil encontrar caramelos. Cualquier cosita se convierte en un reto considerable. Pero conforme vayas avanzando, habrá más y más cosas que podrás tocar de manera relajada.
El porcentaje PLAN / CARAMELEO tampoco tiene que ser constante semana a semana.
Hay veces que estamos super motivados, y solo queremos quemar millas. Y de repente, si has estados dos semanas super concentrado, cumpliendo el plan y sientes que te estás agotando, puedes incluso darte varios días completos de carameleo.
Llegará un momento en que tanto azúcar también empacha, y tu cuerpo te dirá, “oye, ¿volvemos al trabajo? Y el plan se pone en marcha de nuevo.
Aunque, insisto en lo que te he dicho antes:
Incluso cuando más cansado estés, y más ganas de caramelos tengas, dedica sólo 5 minutos a un ejercicio de técnica. De esta manera no pierdes el sentido de la dirección ni del propósito. Y luego ya, a caramelear.
También considero un caramelo realizar incursiones en el modo que no hemos elegido. Es decir, si estamos CON partituras, realizar ejercicios de oído. Y viceversa. Y lo mismo, aprovecha los caramelos para juguetear con estilos que no son tu objetivo principal.
Estos caramelos pueden ser práctica totalmente aleatoria y descabezada, o bien puedes hacerla un poco más estructurada y convertirla en una especie de objetivo secundario. SECUNDARIO significa que no puede quitarte tiempo ni energías del principal. Ya sabes, solo para cuando toque caramelo.
Sé que elegir un modo u otro es difícil porque lo que realmente mola es dominarlos los dos. Así que este tipo de caramelo mantiene a raya la tentación de ir dando brincos entre ambos modos. Recuerda que llegarás saber de todo, pero una cosa detrás de la otra.
Resumen
1 – Elige entre aprender CON partitura o SIN partitura. En el futuro podrás saber de las dos, para tener las ventajas de todo. Pero de momento es mejor centrarse en uno para poder dominar sus habilidades necesarias cuanto antes.
2 – La habilidad CON: es la lectura ágil y desplazamiento por el teclado sin mirar. La habilidad SIN es el oído.
3 – Centrarse en un único estilo musical ayuda a avanzar más deprisa, pues dominaremos su lenguaje antes (sus progresiones, sus embellecimientos, sus ritmos). La mayoría de los estilos puedes aprender o bien de oído o buscar buenas partituras.
Pero sí que hay dos que son más exclusivos: la música clásica para CON; y para tocar en grupo, necesitas flexibilidad del SIN.
4 – El modo y el estilo son el objetivo a largo plazo que te permitirá generar tu plan de práctica diaria enfocado a ellos. Para cubrir los diferentes aspectos que debes practicar, divide tu práctica diaria en bloques.
5 – Tan importante como el planning, son los caramelos que nos mantienen libres y motivados. No importa cuánto caramelees, siempre y cuando seas consciente de que lo estás haciendo, y sus consecuencias (avance más lento hacia tus objetivos)
¿Nos ponemos en marcha?
Puede que estés pensando que sí, que todo esto tiene mucho sentido... pero sigues sin estar muy seguro de cómo empezar.
Pues yo te ofrezco dos planes de práctica que ya he diseñado para ti, de acuerdo a todos estos conceptos.
SIN PARTITURA

Machacando Do Mayor
Domina el lenguaje del pop-rock, la música de compositores actuales como Yiruma, Einaudi y un buen montón de bandas sonoras. Aprende a crear canciones a partir de sus acordes, tengas el nivel que tengas.
CON PARTITURA

Deconstruyendo La Valse d'Amelie
Cómo enfrentarte a una partitura: convirtiendo sus pasajes más complejos en ejercicios de técnica, utilizando estrategias de práctica dependiendo de en qué punto del aprendizaje de la canción estés, utiliza el análisis para simplificar la memorización...
¿Qué estrategias de práctica utilizas tú? ¿Algo que no haya comentado en este artículo y que pueda interesarnos a todos? 😀
Hola Alba, investigando un poco en el blog, he vuelto a leer este artículo y alguno más. Son muy interesantes y personalmente me gusta releer estas cosas, como el libro de Amazon, porque de vez en cuando me dejo llevar por lo que tú llamas caramelear, y el volver a leer todo esto, hace que me centre en mis objetivos. Pero como no podía ser de otra forma, tengo una pregunta: Los ejercicios de MDM Acompañamientos y Embellecimientos, que acabo de empezar ahora, ¿son Bloque de Técnica? A mí me parece que sí, pero quiero asegurarme. Muchas, muchas gracias por tu paciencia y apoyo. Un saludo.
Exactamente: ejercicios de técnica. Por sí mismos no suponen canciones ni repertorio, pero te sirven para en el futuro poder tocar más canciones con más facilidad.
Me alegro de que estés releyendo toda esta info, y sobre todo, sacándole provecho. Es cierto que la primera vez que leíste el ebook acababas de empezar, y la mayoría no tendría mucho sentido o aplicación práctica. Pero poco a poco, le irás sacando cada vez más punta.
jijiji, el carameleo es inevitable. Lo que hay que hacer es no prohibirlo, pero controlarlo. De vez en cuando te das el capricho, el gusto, pero luego toca volver a las acelgas XD